Wednesday, July 12, 2006

Inseguridad y Percepción

En la edición de El Tiempo del miércoles 12 de julio de 2006 aparece un interesante reportaje a la seguridad en las calles bogotanas. Según los datos, que son bastante veraces, la ciudad ha pasado de una tasa de homicidio de 23 por cien mil en 2005 a una de 18 por cien mil en 2006.

A lo anterior se le suma que el robo a viviendas (según la Policía) bajo un 25% y el robo de carros un 29%. Esto muestra una clara tendencia de reducción del crimen en Bogotá, ahora hay algo que preocupa, no aparecen estadísticas sobre los crímenes que más miedo generan en la ciudad, el paso millonario y el robo callejero, ambos contabilizados como hurto en diferentes modalidades.

Estos datos harían entender porque la percepción de la ciudadanía es tan lejana de la realidad que muestran las cifras de homicidios (Bogotá se ubica en el cuarto puesto entre las ciudades más tranquilas del continente).

Ante esto hay que decir dos cosas: 1) que es probable que el hurto haya aumentado y 2) que su aumento se debe a la legislación actual. Cuando uno piensa en los mecanismos para disuadir el crimen se pueden generar dos hipótesis, laxitud de la pena o baja probabilidad de ser impuesta.

Bajo la idea de laxitud de la pena habría que hacer una anotación, durante la última década se han hecho varias reformas a las penas, a veces se han aumentado y a veces se han bajado. Pecando por no tener en cuenta otras posibles razones, lo que muestra la evidencia es que las cifras crimen no ha presentado cambios en su tendencia, es decir, que no han bajado cuando se aumentan las penas, ni aumentado cuando se disminuyen.

Bajo la idea de la probabilidad de ser capturado y juzgado, no es mucho lo que se puede decir a su favor, pues esa probabilidad no ha variado mucho en los últimos años y por lo tanto no hay evidencia de su efectividad. Sin embargo bajo argumentos intuitivos uno podría argumentar que entre más fácil capturen y juzguen las autoridades a los delincuentes, menos interés van a tener ellos en cometer delitos. Es decir, bajo esta idea se reduce más el crimen haciendo cumplir la ley que cuando se endurece.

Ahora, en el caso del hurto se presentan los dos problemas. El delito es excarcelable y los detenidos por sospecha de hurto salen a las dos horas de la estación de policía, lo que les permite volarse, esto implica que la probabilidad de ser capturado y juzgado es muy baja. Esto se puede mejorar endureciendo las penas, posiblemente eso mejoraría la moral de la Policía y los haría más proclives a montar operativos para desmantelas las bandas de atracadores.

De modo que el Alcalde y la Policía deben trabajar para que el impacto de estos dos delitos sea menor y para que la ciudadanía se sienta más segura (se gana más, haciendo de Bogotá una ciudad más segura, si la ciudadanía lo sabe y camina tranquila por las calles). El Congreso debe eliminar la excarcelación de estos delitos y el Gobierno debe buscar los mecanismos para proveer suficientes cárceles y que no se presenten problemas de hacinamiento por causa de los ladrones condenados.

1 comment:

Anonymous said...

Es cierto que a los bogotanos les importa mucho más el robo y los paseos millonarios que la tasa de homicidos.

Sin embargo debo decir dos cosas: 1) es posible que los indices de delincuencia se muevan en la misma dirección básicamente porque ambos dependen de la vigilancia de las autoridades y 2) no creo que los bogotanos tengan en baja estima la caída de homicidios.

Gracias

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